BOMARZO 2007

BOMARZO
Ópera con música de Alberto Ginastera
y texto de Manuel Mujica Láinez basado en su novela homónima


LIBRETO

ACTO PRIMERO

ESCENA III:  El Horóscopo


(Estudio privado del joven Pier Francesco Orsini, con una terraza al fondo. Vicino y Silvio de Narni, ahora jóvenes, están ante una mesa con una pila de libros. El texto del horóscopo se extiende en el medio de la mesa)

SILVIO:
Mira, Señor Pier Francesco Orsini, mira tu horóscopo.
Todo está escrito aquí, en mi espejo de las estrellas.

PIER FRANCESCO:
No me gustan los espejos, astrólogo.

SILVIO:
Este te gustará.

(Pier Francesco se inclina sobre la mesa mientras Silvio comienza a explicar la Carta. Al mismo tiempo, el horóscopo de Pier Francesco aparece en el fondo, con los misteriosos y bellos signos del Zodíaco)

El anunciado misterio
que no alcanzo todavía
es la ausencia del final
señalado de tu vida.
Venus y Marte abolidos
la Casa Octava registra,
que es la Casa de la Muerte,
y aquí nada la limita.

PIER FRANCESCO:
La inmortalidad...

SILVIO:
La inmortalidad es clara,
los dos astros se eliminan,
mientras el Sol y la Luna 
hacen eterna tu vida.
El maléfico Saturno
con desgracias infinitas,
no logra abatir el triunfo
sin términos de tu vida.

PIER FRANCESCO:
La inmortalidad... la inmortalidad...
¿Mides lo que me presagias, astrólogo?

SILVIO: (explosivo)
¡La inmortalidad, la inmortalidad,
el viejo y terrible sueño del hombre,
la inmortalidad,
el anehlo supremo de victoria,
ahí está, ahí está marcada,
Orsini, pequeño señor Orsini!
Toma la inmortalidad
que te ofrece el capricho de los astros.
Toma la inmortalidad
como una flor.

PIER FRANCESCO:
¡Ay. Sivio de Narni!
¡Bien sabes que nunca seré inmortal!

SILVIO:
Está escrito en los planetas, y jamás
se equivocan. ¡Qué extraño!

PIER FRANCESCO:
¿Cómo puedes pensarlo?
Mi padre me odio y no me dejará vivir.
El Duque regresa hoy del sitio de Florencia.
Ya viene por los caminos de la antigua tierra etrusca.
Y no me dejará, no me dejará vivir.
¡Inmortal! Quizás viva unos pocos días...

SILVIO:
Hay un modo de evitar que tu padre te destruya.

PIER FRANCESCO:
¿Cuál?

SILVIO:
La magia todo lo puede.

PIER FRANCESCO:
No, Silvio, que sería rebelarse contra Dios.

SILVIO:
Permíteme hacer a mí, Señor Pier Francesco.
Es inútil luchar contra lo que el horóscopo vaticina.

PIER FRANCESCO:
¿Estás seguro de que debemos hacerlo?

SILVIO:
Sí, nadie escapa a los astros. (Pausa)
Por otra parte, también tu abuela lo quiere.

PIER FRANCESCO: (sorprendido)
¿Mi abuela? ¿Diana Orsini?... (Dudando) Sea.

(Silvio se adelanta y dibuja un gran triángulo en el piso, colocando una gran vela negra en cada esquina. Las prende, y le indica a Pier Francesco que se pare dentro del triángulo. La luz desciende, y durante la invocación, el horóscopo lentamente desaparece)

SILVIO:
Dentro de tanto tiempo que no lo mide lo humano, 
el Duque de Bomarzo se mirará a sí mismo.
Te mirarás a tí mismo dentro de siglo y siglos, Pier Francesco.

CORO:
Dentro de tanto tiempo que no lo mide lo humano, 
el Duque de Bomarzo se mirará a sí mismo.
Dentro de siglo y siglos...

SILVIO: 
Toma esta rama de avellano salvaje,
cortada con un cuchillo nuevo.

(Se la entrega y comienza a dar lentamente vueltas alrededor del triángulo mientras canta)

Emperador Lucifer,
Señor de los Espíritus Rebeldes,
Te ruego que me seas favorable.
Obedéceme o te acosaré
con la fórmula todopoderosa
de la Clave del Rey Salomón:
Tetragram, Vaychen, Stimulamathem,
Eroares, Retragsammathem,
Clyora, Ision, Existien, Eryona, Oera,
Erasyu, Moys Meffias, Seter, Emmanuel,
Sabaoth, Adonai, Tibi-Letti
Te conjuro. Amén.

CORO:
¿Quién llama en la sombra'

SILVIO:
Obedéceme, por la virtud del pacto.
Lee en mi pensamiento.
Ya sabes lo que te pido, lo que te ordeno.

CORO: (con un gran grito)
¡Obedezco!

(Silvio entra en el triángulo, toma la rama de avellano y dibuja un triángulo en el aire. Luego comienza a apagar las velas, mientras Pier Francesco se lamenta: )

PIER FRANCESCO:
¡Ay, ay! ¿qué hemos hecho?
¿Qué oscuras fuerzas hemos desatado?

(Sus lamentos son opacados con los chillidos de pavos reales, voceros del Destino, que vienen del jardín)

¿Y eso?

SILVIO:
Son pavos reales. Hay pavos reales en el parque de Bomarzo.

PIER FRANCESCO:
¡No! ¡Jamás los hubo! Los pavos reales son aves de desgracia
que los señores de Bomarzo no toleran.

(Los lamentos prosiguen, al tiempo que la abuela, Diana Orsini, aparece con velos blancos en la terraza del fondo)

DIANA.
En el parque hay un pavo real,
hay varios pavos reales. Los he oído.

PIER FRANCESCO:
Es imposible, abuela.

(Aparecen sirvientes en la terraza, apuntando a la distancia)

MENSAJERO:
Por el camino de Bomarzo regresa la hueste
del condottiero, que viene de Florencia.

PIER FRANCESCO:
¡Ay, Silvio!

MENSAJERO:
El Duque de Bomarzo viene malherido, viene muy malherido.

PIER FRANCESCO:
¡Ay, Silvio! Me agito dentro de una trampa
de hierro más poderosa que tu triángulo.
Ahora, si mi padre muere, mi hermano
Girolamo será el Duque de Bomarzo.

SILVIO:
¡Quién sabe!

(Señalando a su manuscrito)

El Cielo presagia otra cosa.

(Los gritos de los pavos reales se escuchan más fuertes. Pier Francesco y Silvio van a la terraza, en donde Diana Orsini abraza tiernamente a su nieto. Miran a la distancia para ver cómo se aproximan el Duque y su comitiva)


Continuación: cuadro IV

 

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